Por AUGUSTO SOTO*
La situación generada con el COVID-19 es el mejor ejemplo de que en el mundo compartimos desafíos comunes
Las cifras de la segunda semana de marzo mostraban claramente que el pico de transmisiones del COViD-19 en China ya había pasado,con cifras de casos positivos de menos de dos dígitos a nivel nacional (15 en todo el país en las últimas 24 horas previas al jueves 12 de marzo, con 6 casos importados), y solo 8 casos en Wuhan. en los próximos días, las cifras podrían variar debido a unos millones de trabajadores que todavía deben viajar a sus puestos de trabajo habituales, pero la positiva tendencia parece irrefrenable. en los hechos, China le está diciendo al mundo que la enfermedad es controlable.
Precisamente la visita del presidente Xi Jinping a Wuhan, el martes 10, ya recogía la tendencia de este mes confirmada a lo largo de toda la segunda semana de marzo. Los resultados contrastan con lo que ocurre en el resto del planeta, donde la infección aumenta: o sea que habría un modelo que emular. Cabe recapitular brevemente cómo China está logrando triunfar valiéndose de una combinación de estrategias clásicas y una novedosa metodología.
9 de marzo de 2020. El Hospital Temporal Jianghan, acondicionado en el Centro Internacional de Convenciones y Exposiciones de Wuhan, es cerrado luego de que los últimos 34 pacientes fueran dados de alta. La imagen muestra al personal médico en la ceremonia de despedida.
Recordemos. Una vez identificado el alcance del reto, el Gobierno y la población se abocaron raudamente a enfrentar el problema, concluyéndolo en sus líneas gruesas tras solo siete semanas,estancando el número de casos en poco más de 81.000 (con cerca de 3200 muertes) en un universo poblacional de 1400 millones de personas. Durante este corto período las autoridades han utilizado la labor pedagógica, las cuarentenas, la vigilancia sanitaria y la verificación constante. Ha sido, de hecho,la primera contención epidemiológica de la historia apoyada en una gigantesca fuerza muscular armonizada con la emergente inteligencia artificial (ia).entre las primeras medidas se cuenta la construcción en tiempo récord de hospitales temporales en Wuhan y allí donde se necesitó, así como la mastodóntica recogida de billetes y monedas para su depuración y la emisión de lotes nuevos e inmaculados.
En el campo de la ia, los drones fumigadores han sobrevolado aldeas y ciudades y repetido desde el aire las medidas de cuarentena y de higiene básicas. a la vez, la aparición de aplicaciones para teléfono móvil reportando sobre la infección en los vecindarios, complementados con coches-termómetro patrullando las calles, han logrado revolucionar la medicina aplicada. Ciertamente, todas estas acciones se han basado a la vez que retroalimentado el big data. Y a partir de los datos proporcionados por las farmacias, el transporte público y las operadoras telefónicas, las autoridades sanitarias han determinado el mejor curso en sus labores de prevención y contención al priorizar decisiones y, eventualmente,mejorar la visión panorámica en tiempo real. Los robots también han jugado un papel en algunos hospitales complementando funciones asistenciales.
11 de marzo de 2020. El equipo médico del Hosptial Huaxi, subordinado a la Universidad de Sichuan,se prepara para ir a Italia en apoyo a la lucha contra el COVID-19. Fotos de Cnsphoto
Desde un primer momento varios países asiáticos y occidentales se solidarizaron con China. ahora ha comenzado un movimiento inverso que a buen seguro sobradamente complementará al anterior. así, en días recientes destacan las misiones médicas chinas a irak e irán,a la vez receptores de kits para detectar la enfermedad paralelamente enviados a varios países, entre otros a Perú y Japón. En fin, una misión médica chilena se apresta a visitar Wuhan para aprender in situ y difundir la experiencia en américa del sur.
Paralelamente, Beijing envió a italia a un grupo de galenos de la Universidad de sichuan, quienes son conscientes de que pese a las diferencias entre ambos sistemas sanitarios, podrán contribuir concretamente en las emergencias con pacientes de gravedad.entretanto, los empresarios chinos en Espa?a han comenzado a ofrecer gel en sus tiendas y a regalar mascarillas en barrios de Madrid.
Más de alguna vez, distintos sinólogos occidentales e historiadores asiáticos han reflexionado sobre la unidad de China, lograda hace más de dos milenios, comparándola con su equivalente civilizacional en Occidente: europa. La Unión europea (Ue) es un proyecto visionario en el que cada uno de sus 27 miembros, aisladamente, tiene dimensiones comparables a las de algunas provincias chinas. Por ejemplo, la provincia de Hubei casi tiene la misma población que Francia. ahora bien, nuestras últimas crisis, la económica iniciada en 2008, la de los refugiados en 2015 y esta en la que estamos, la del COViD-19,hasta ahora indican que aún no se alcanza la unidad en la acción. La misma ayuda de China a italia (que además de asesoría ha aportado mascarillas) contrasta con la negativa de algunos países europeos de proveer a sus socios dentro de la Ue de suministros sanitarios en esta emergencia. el ideal que han tenido los fundadores de la Unión, con su capital en Bruselas, es precisamente la acción solidaria. así que cabe aprender de la unidad de propósito de China en esta crisis del COViD-19 porque hasta hoy cada una de las 27 capitales europeas está adoptando medidas dispares retrasando la solución de la crisis y perjudicando a la Unión.
Cualquier biólogo o planificador sanitario nos dirá que el COViD-19 nos debe servir también como un aviso para que estemos mejor preparados para una pandemia futura originada en cualquier lugar del planeta. esto va más allá de identificar rápidamente el problema y compartirlo a la brevedad con la comunidad internacional y que los principales países que producen medicamentos coordinen mejor. se trata de colaborar en más campos y entender que debido al continuo crecimiento de la población mundial en el contexto de la civilización industrial (que disminuye la capa de ozono), sumado al proceso de urbanización expansivo que implica una disminución de la naturaleza y a la vez un acercamiento más estrecho al mundo animal, aumentan las posibilidades de nuevas crisis globales.
En el caso de los ee. UU. de la administración trump, su reacción hasta hoy ha vuelto a decepcionar, con un comportamiento aislacionista y cortoplacista,contrastando con la comunidad científica estadounidense de mayor nivel, que ha entrado en contacto con la comunidad científica china porque entiende que esta crisis nos concierne a todos.
Esta crisis es el mejor ejemplo de que compartimos desafíos comunes y un destino común, y que muy probablemente deberemos enfrentar muchos más retos siguiendo el espíritu multilateral que anima tanto a naciones Unidas como a la Organización Mundial de la salud y la Organización Mundial del Comercio; claro que desde acciones más concretas y coordinadas. el calentamiento en la antártida, registrado a inicios de este a?o, es el mejor termómetro de un planeta que, si no actuamos conjuntamente, requerirá cuidados intensivos.
Si bien es cierto que el COViD-19 es una crisis de salud global, no es menos cierto que ha surgido en el contexto de otras enfermedades transmisibles que anualmente matan a millones de personas, generando preocupación,pero no un miedo catastrofista. Un gran desafío será gerenciar la incerteza para disminuir los efectos del pánico entre los principales agentes económicos que arrastran a los mercados en cascada,causando un estropicio en el mundo material en cada país que no se corresponde con la racionalidad matemática ni con lo que nos dice la ciencia, ambas grandes consejeras para afrontar una epidemia como esta de la que China está emergiendo victoriosa.